Las Grutas: «El Jacobaccino Brian, del Campo al mar»
2 minutos de lecturaEsta es su cuarta temporada en Las Grutas. “Arranqué a los 18. Vine un verano junto con mi mamá. Ella estuvo trabajando en complejos, y yo de ambulante. Después mi vieja no quiso seguir, pero yo volví. Me va bien. Con lo que junté pude ahorrar para una moto, y para comprar caballos” confió.
Brian tiene 22 años, y se da vuelta la gorra mientras señala un “yeite” que aprendió en la playa. “Cuándo la marea está baja salimos con los carros. Pero si el mar está ‘arriba’ nos cargamos los churros y las donas en una canasta, y a las tiras, para que no se nos claven, les ponemos los ‘flota flota’ que usan los chicos para jugar en el agua. Porque así el peso no te lastima los hombros” dijo.
-Brian, con su gorra al revés, junto a sus compañeros, en la playa-
Es tímido, pero “laburador”. A fuerza de persistencia logró igualar las ventas que otros resuelven rápido, sumándole más chispa o simpatía. Lo suyo es otra cosa. Él le “pone garra” y “recorre la playa”.
Esta es su cuarta temporada en Las Grutas. “Arranqué a los 18. Vine un verano junto con mi mamá. Ella estuvo trabajando en complejos, y yo de ambulante. Después mi vieja no quiso seguir, pero yo volví. Me va bien. Con lo que junté pude ahorrar para una moto, y para comprar caballos” confió.
Su vida ahora transcurre entre la playa y el campo. “En invierno ayudo a mi viejo, en Jacobacci, y en los veranos me vengo acá. Ya conozco a varios pibes con los que alquilamos algo a medias, y nos quedamos toda la temporada”.
Todavía no sabe qué es lo que seguirá estudiando, porque cuando terminó el secundario arrancó con las changas. Por ahora, disfruta de esa vida que se creó, entre Jacobacci y el mar. “Me acostumbré a repartir el año así, entre el campo y la playa” confesó, sonriente.
Fuente y foto : diario Rio Negro