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26 de noviembre de 2024

Canal 7

El Canal de Jacobacci

«Hagamos Lío.»

4 minutos de lectura

Por Mateo Ramallo Del Carpio

Desde que levantó la máxima copa de América algo cambió, los engranajes mentales del extraterrestre rosarino que camina entre nosotros se modificaron. Uno no puede precisar qué hay de distinto en él; ya era talentoso, exitoso, ganador, millonario, superior, goleador… mucho antes de ganar la Copa América con su selección, ya era el mejor del mundo muchísimo antes de eso. Pero es innegable que hoy Messi camina, juega, habla, ríe y llora con una actitud distinta, parece tener grabadas a fuego sobre su cuerpo y sobre su alma la número 10 y la cinta de capitán. Pareciera que en su mente, o en su corazón, se repiten en bucle las imágenes del glorioso 10 de julio del 2021.

Hay un componente Maradoniano en todo esto, claro que sí, como lo hay en todo desde que el Dios hombre ya no está en este plano, pero también hay algo más. Hay algo de Maradona en la actitud que tomó Messi desde que es campeón de América porque Diego era eso, era la argentinidad al palo, la autoestima y los humos por el cielo, la épica y el show, el desparpajo constante, mientras que Lio siempre fue la genialidad de lo sutil, la perfección milimétrica, la humildad cabizbaja que lo enaltece más, entonces hoy vemos un poco a un Messi Maradoniano.

Pero hay también algo que es 100% suyo, algo genuino, algo que le pertenece solamente al ídolo que con 12 años se fue a España a hacer historia, el Messi post copa libertadores es nada más ni nada menos que el Lionel Andrés Messi Cuccittini de siempre, lisa y llanamente. Y saben por qué? Porque se lo merece más que nadie, porque le corresponde, porque este Messi que nos enamora a todos, que vive, respira y emana argentinidad y “fútbol champagne” es parte de su propia historia, porque al pibito de Rosario le llegó la hora de la gloria absoluta, de hacer inmesamente feliz a su pueblo.

Hacer feliz al pueblo… pocos, muy pocos pueden alardear de ese logro, eso que es lo más lindo y lo más grande que le puede pasar a un deportista de elite, a un artista o a un político. Y los pibes que hoy hacen grande a la Selección Argentina junto al conductor Lionel Scaloni pueden estar seguros de que lo han conseguido. El 10 de julio desbordamos de alegría, y hoy otro tanto, aquella vez en Brasil y hoy en casa (y en la cancha más linda del mundo, disculpen quienes no comulgan con el más grande River Plate), hoy en casa y con público, y otra vez en una época que entre lo sanitario y lo económico nos golpea todos los días.

Gracias muchachos, están jugando un fútbol alucinante, pero sobre todo están haciendo feliz a un pueblo. Gracias Lio por ser hijo digno y orgulloso de esta tierra, nos ilusionas y nos emocionas a todos. Tus lagrimas penetran en el pecho de cada Argentino, tu felicidad se vuelve compartida con cada rincón de esta Patria, porque es la felicidad del nene que jugaba en las inferiores de Newell’s, del tipo que le entregó su vida al Barça y del que sufrió infinidad de veces vistiendo la albiceleste, ya era hora maestro indiscutido, disfrute y descanse. Descanse que hoy nos hizo el pueblo más feliz del mundo, cómo le dijo Doña Tota al Diego.

Y claro que también hay mérito de un equipo más que sólido, de unos pibes que son de oro y de un conductor con el que vamos hasta el fin del mundo, porque está claro que estamos todos subidos a la Sacaloneta, no? Como dijo Fantino, somos primera línea hoplítica de Leónidas en el paso de las Termópilas. Pero para mí hoy es toda del campeón, toda del 10, por justicia divina y por derecho histórico. Y nos ponemos eufóricos, y nos permitimos soñar y vemos allá a lo lejos un Qatar prometedor. Y a mi me encanta, porque si el fútbol no es todo esto, entonces que no sea nada. Ya lo dijo Francisco: “hagan lío, salgan a la calle” y yo me permito agregar hagamos lío y hagamos, Lio, que tenemos con qué.Y que viva el fútbol, Pisculichi!

Escrito por Mateo Ramallo Del Carpio Crédito: Gentileza