“Acá, de política no se habla’’
3 minutos de lecturaNota de Opinión por Gabriel Alderete.
En la sociedad revolucionada en la que hoy vivimos, la política se ha demonizado de tal manera que ya no se habla del tema. El resumen más fácil que se hace del panorama político es ‘’son todos iguales’’, ‘’siempre estuvimos mal’’, ‘’todos roban’’, entre otras frases similares.
Vengo de una familia donde la política siempre fue un tema que se debatió y explicó. La política no era mala palabra, no era una acción nefasta, la política era servicio a la comunidad y una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas. Y crecí con esa convicción, con esa mirada de la política, con esa pasión por la militancia.
Hoy hay un desgaste en la sociedad con respecto, no solo a la política, sino a los actores que hay involucrados en esta actividad, de ahí el ‘’son todos lo mismo’’. Personas que siempre estuvieron en el Estado y que jamás hicieron un aporte mínimo para transformar la realidad de las personas: la única transformación que hicieron fue la de su propia realidad económica. Y después están las nuevas esperanzas políticas que surgen de la mano de nuevas promesas, creando expectativas, pero con las mismas mañas que los que estuvieron siempre.
Argentina se encuentra sumida en una crisis social y económica muy compleja. Misma situación sucede en Río Negro, donde el gobierno provincial es uno de los principales aliados del gobierno nacional. Pero hay una crisis de la que poco se habla: la crisis del compromiso cívico y político.
¿De qué trata esta crisis? Del alejamiento de la sociedad civil de los temas más importantes y del debate político. No me refiero a militancia partidaria, sino a algo que va más allá. Me refiero al alejamiento y desconocimiento, por ejemplo, de los presupuestos nacionales, provinciales o locales, donde se destinan millones de pesos a áreas como ‘’diversidad y género’’ mientras tenemos 6 de cada 10 niños pobres; o también a la ignorancia respecto del Juicio Político que intenta llevar adelante el kirchnerismo contra la Corte Suprema, en un avasallamiento absoluto contra la Democracia y la República. Temas que marcan el rumbo y organización de un país.
Y el ‘’porqué’’ de esta crisis es, entre otras cosas, el hecho de que ya no se habla de política, ya no se estudia, no se analiza, no interesa, porque ‘’son todos lo mismo’’.
Y quizás acá es cuando debamos parar los que sí estamos en política, los que ocupamos cargos, los que militamos día a día. Detenernos y hacer un mea culpa respecto de esta situación y enfocarnos en comenzar a construir en serio. La construcción implica algo que se perdió en el último tiempo: respeto y escucha. Respeto al que piensa distinto y tiene una idea diferente, respeto a los que están y a los que entran. Y escuchar, escuchar al vecino, mirarlo a los ojos, entenderlo y trabajar en base a eso. Empatizar con la ciudadanía, con esa ciudadanía civil que día a día ‘’sobrevive’’ ante los atropellos de los que hoy gobiernan.
Hay que romper con esa inercia que es el gran enemigo, ya que nos impide con frecuencia hacer las transformaciones que son imprescindibles para enfrentar los desafíos de cada momento. Y volver a esas charlas de política, a los debates, a las discusiones. No podemos seguir en la indiferencia hacia algo tan importante como es la política y debemos volver a darle valor, que vuelva a ser lo que es: el arte de lo imposible (corrigiendo a Aristóteles). Y en nuestro país, en este último tiempo, lo imposible se volvió imprescindible.
* Presidente Juventud Pro R.N.
Villa Regina – Río Negro